Alumnos y ex-alumnos de la Escuela Maestra Elena Quinteros-nº181
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¡¡Muy feliz día maestras y maestros!!
El 25 de agosto de 1825, la Sala de Representantes, reunida en la Florida, proclamó la Declaratoria de la Independencia de la Provincia Oriental de todo poder extranjero y su unión a las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Una de las primeras resoluciones fue nombrar a dos diputados que representarían a la provincia en el Congreso de las Provincias Unidas, que en esos momentos sesionaba en Buenos Aires y tenía la representación de gran parte del antiguo virreinato del Río de la Plata. Otra resolución nombró a Lavalleja “Gobernador y Capitán General de la Provincia Oriental”.
Sin embargo, las leyes más importantes para nuestra historia fueron las aprobadas el 25 de agosto. Ya el 21 de ese mes, Larrobla planteó la cuestión de cómo se debía resolver la nulidad de los actos de incorporación a Portugal y Brasil por el Congreso Cisplatino de 1821. Los diputados Carlos Anaya y Luis E. Pérez elaboraron los proyectos de ley que finalmente se aprobaron.
Luego del proceso independentista nacional, y en el marco de la Convención Preliminar de Paz del 4 de octubre de 1828, nacía el Estado Oriental del Uruguay con una población de 70.000 habitantes aproximadamente y compuesta por nueve departamentos: Montevideo, Canelones, San José (abarcaba los actuales San José, Flores y Florida), Colonia, Soriano, Durazno, Maldonado (los actuales Maldonado, Rocha y parte de Lavalleja), Cerro Largo (Cerro Largo y Treinta y Tres y parte de Lavalleja actuales) y al norte del Río Negro un enorme departamento: Paysandú.
La nueva nación independiente necesitaba una organización constitucional del Estado. A tales efectos, y para darle el marco jurídico correspondiente, se instala la Asamblea General Constituyente y Legislativa del Estado elegida libremente por los vecinos de los pueblos del nuevo estado soberano. La misma sesionó por primera vez en la Villa de San José de Mayo, a partir del 24 de noviembre, designándose de inmediato en su seno una Comisión de Constitución y Legislación encargada de redactar el proyecto de Constitución, integrándola José Ellauri, Jaime Zudañez, Juan F. Giró, Cristóbal Echevarriarza, José A. Zubillaga, Luis B.Cavia y el presbítero Solano García, todos hombres de cultura humanística, varios con formación letrada.
Luego, a comienzos de diciembre, la Asamblea se trasladó a la Villa Guadalupe en Canelones donde sesionó hasta fines de enero de 1828, momento en que se instaló en la Aguada. Se trabajó con celeridad y el 7 de marzo de 1829 presentó el proyecto a la Asamblea. El 6 de mayo comenzó el análisis y el debate del texto constitucional que culminó sancionando el 10 de setiembre de 1829.
La sección ll definía la ciudadanía delimitando quiénes eran ciudadanos clasificados en naturales y legales, los modos de adquirir la ciudadanía por parte de los extranjeros, las causales de suspensión y pérdida, y los derechos inherentes a ella.
La Constitución de 1830 establecía la forma de gobierno republicana representativa, el Poder Legislativo era bicameral con una Cámara de Senadores y otra de Representantes. La reunión de ambas Cámaras formaba la Asamblea General (art.16°), y actuaba en casos expresamente establecidos por la Constitución (art.9°). La Asamblea General elegía al presidente de la República, por lo que era una elección indirecta hasta la Constitución de 1918. La Cámara de Senadores estaba integrada por un senador por departamento de la República, elegido directamente por la ciudadanía (art. 27 y art. 28). La Cámara de Representantes era elegida directamente por la ciudadanía, con un representante cada 4.000 habitantes o fracción que no bajara de 2.000 (art. 13 y art. 19). La Comisión Permanente estaba integrada por dos senadores y cinco representantes en caso de receso de las Cámaras (art.54). El Poder Legislativo tenía las facultades de velar por la observancia de la Constitución plenamente y de las Leyes de la República.
El Poder Ejecutivo estaba a cargo del presidente de la República (art. 72) electo por la Asamblea General (art. 73); duraba cuatro años en sus mandatos igual que los legisladores y no existía la reelección (art. 75). Era el jefe superior o primer mandatario de la Administración General del Estado y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas directamente. Al principio lo acompañaban en la tarea de gobierno tres ministros, de los cuales dependían las actuales funciones de Interior, Economía, Obras Públicas, Salud y Educación.
El Poder Judicial era ejercido por una Alta Corte de Justicia (art. 13), cuyos miembros debían ser elegidos por la Asamblea General más los Tribunales de Apelaciones y Juzgados de Primera Instancia (art. 91), designados por la Alta Corte con la venia del Senado.
Los gobiernos departamentales estaba integrados por el jefe político y de Policía, cargo de confianza del Poder Ejecutivo (art.118) a cargo del gobierno departamental y la policía, más el Legislativo departamental integrado por vecinos electos de cada departamento que eran las Juntas Económicas-Administrativas (art.122 y art.°126), cuyas funciones eran promover y velar por el progreso y la prosperidad de sus departamentos, colaborando con el sostenimiento de escuelas de primeras letras y la salud pública.
La Constitución de 1830, jurada solemnemente el “18 de Julio” por el gobierno encabezado por el gobernador y capitán general del Estado, brigadier general Juan Antonio Lavalleja, sus ministros de Estado, jefes del ejército, diplomáticos de las potencias garantes, constituyentes y autoridades esclesiásticas desde el balcón del Cabildo de Montevideo, y acompañado por el pueblo reunido en la Plaza Matriz y luego Constitución, estableció un Estado moderno para su época en la concepción liberal del Estado Juez y Gendarme del siglo XIX.
Prof. Mag. Daniel Torena
Felices vacaciones!!!
José Gervasio Artigas (Montevideo, 19 de junio de 1764
Fue un militar y estadista rioplatense que actuó durante la Guerra de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata y que se destacó por ser el heraldo del federalismo en lo que hoy son Uruguay y Argentina .] Recibió los títulos de «Jefe de los Orientales» y «Protector de los Pueblos Libres». Es recordado en ambas márgenes del Río de la Plata. En Uruguay es el héroe nacional, el máximo prócer del proceso independentista, donde se le considera el Padre de la Patria. En la Argentina ha habido un proceso de revisionismo sobre la figura de Artigas a partir del cual se le reconoce también como prócer de la independencia nacional.
Falleció el 23 de setiembre de 1850,en Asunción-Paraguay.
Día Nacional del Libro
El Día Nacional del Libro se conmemora en nuestro país cada 26 de mayo, desde el año 1940. En esta fecha se celebra el aniversario de la Biblioteca Nacional de Uruguay, la primera biblioteca pública del país, fundada en 1816.
Los Treinta y Tres Orientales es el nombre con el que se conoce a los hombres que, liderados por Juan Antonio Lavalleja y Manuel Oribe, en 1825, emprendieron una insurrección para reincorporar la Banda Oriental (territorio que comprendía lo que hoy es Uruguay y parte del dominio brasileño) a las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Dada la indefinición de la guerra entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Imperio del Brasil, ambos estados acordaron establecer un nuevo país, el actual Uruguay, por lo que el objetivo original de la lucha (esto es, la reincorporación de la Banda Oriental a las Provincias Unidas del Río de la Plata) mutó en la independencia uruguaya y su ruptura definitiva respecto de las demás provincias argentinas.
José Pedro Varela
Nació el 19 de marzo de 1845. Fue hijo de Jacobo Dionisio Varela Sanxines y Benita Gumersinda Berro Larrañaga, y hermano menor de Jacobo Varela. Su tio abuelo Dámaso Antonio Larrañaga fue un destacado religioso, lingüista, arquitecto y botánico que contribuyó, al igual que él, en la educación, siendo uno de los principales responsables de la creación de la Biblioteca Nacional y la Universidad de la República. Además, su tio materno Bernardo Prudencio Berro, fue presidente del Uruguay entre 1860 y 1864.
Entre 1867 y 1868 realizó un viaje a Europa —casi obligatorio para su época y condición social— donde visitó al poeta Víctor Hugo y luego a Estados Unidos donde conoció y cultivó amistad con Domingo Sarmiento, compañero además en el barco que los trajo de regreso. Semejante vínculo encendió la que iba a ser para siempre su pasión, los temas de la enseñanza, comenzando desde entonces una serie de investigaciones, trabajos y propuestas que más tarde finalizarían en la implantación del estado uruguayo de la enseñanza: obligatoria, laica y gratuita.
En 1869, ya en Montevideo, se dedicó a la actividad periodística y política a través del diario La Paz, que dirigió hasta 1873. Al mismo tiempo creó la Sociedad de Amigos de la Educación Popular junto a Elbio Fernández, Carlos María Ramírez y otros jóvenes de su generación.
El 11 de junio de 1873 contrae matrimonio en primeras nupcias con Adela Acevedo Vásquez, hija, hermana y sobriba segunda de los políticos Eduardo Acevedo Maturana (1815-1863), Eduardo Acevedo Vásquez (1857-1948) y Alfredo Vásquez Acevedo (1844-1923), respectivamente. Tuvieron 2 hijos: José Pedro (1874) y Jacobo (1876).
Bajo el gobierno de Lorenzo Batlle, convulsionado por la guerra civil, luchó temerariamente. Pensaba que la educación popular no podía cimentarse y extenderse mientras no se contara con un mínimun de libertad en la paz.
En 1874 publicó La educación del Pueblo, y en 1876 La legislación escolar, libros donde no solo buscaba demostrar la necesidad de una reforma escolar, sino también su plausibilidad. Para ello aportó datos estadísticos sobre la población del país, que manejó como argumentos de su tesis, siendo el primero en usar esta herramienta en la historia intelectual del Uruguay.
En marzo de 1876, asume la Dirección de la Instrucción Pública, cargo que ocupa hasta su muerte el 24 de octubre de 1879 debida a una infección pulmonar, cuando tan solo tenía 34 años, en plena tarea reformista.
Su hermano Jacobo Varela se encargó de continuar con su gran reforma educativa.
Tengan un buen comienzo de año lectivo!!!!
Lo mejor para todos en estas fiestas!!!🌲🌲
25 de agosto de 1825 DECLARACION DE LA INDEPENDENCIA NACIONAL
En 1811 Artigas, actualmente héroe nacional, lanzó una exitosa revuelta
en contra de España. En 1821 la provincia Oriental del Río de la Plata, actual Uruguay, fue anexada a Brasil por Portugal. La provincia declaró su independencia el 25 de agosto de 1825 (después de numerosas revueltas en 1821, 1823 y 1825), y decidió sumarse a las Provincias Unidas del Río de la Plata (actual Argentina) como estado federal.
Las Provincias Unidas derrotaron a Brasil luego de una lucha de 3 años.
Sin embargo, los problemas económicos obligaron a aceptar reclamos brasileños y británicos, por lo que el tratado de Montevideo de 1828, vigilado por el Reino Unido, dio nacimiento a Uruguay como un estado independiente. La primera constitución nacional fue adoptada el 18 de julio de 1830.
Referencia: Viernes 24 de agosto de 2007, por Heidi Mac Lennan Rubio
El 18 de julio de 1830 se juró la primera Constitución nacional. A partir de ese momento, la Provincia Oriental se organizó como Estado soberano e independiente, con el nombre de República Oriental del Uruguay.
La República Caudillista
En 1830 la población de la Banda Oriental era de 74.000 habitantes, 14.000 vivían en Montevideo y 60.000 en los veinticuatro poblados existentes en el resto del país. Existía una escasa urbanización y un muy bajo índice de instrucción pública, había unas 14 escuelas en todo el país. El índice de analfabetismo era muy alto, sobre todo en la campaña. Asimismo era escasa la experiencia política de las masas campesinas (Castellanos, 1998).
En ese momento, el país poseía una única fuente de riqueza: la ganadería mayor, practicada por los mismos métodos rudimentarios que en la época colonial. Los años de paz entre 1828 y 1830 permitieron una recuperación, que posibilitó el resurgimiento de la única industria manufacturera: la salazón de cueros y carnes, y la curtiembre (Castellanos, 1998).
En la capital vivían los sectores más ricos, dedicados sobre todo al comercio y a la política y un escaso sector de clase media profesional y artesanal; en la campaña vivían pequeños propietarios en los alrededores de las villas y pueblos, y una mayor población campesina de arrendatarios y tenedores de tierras, peones, changadores y gentes varias sin ocupación ni oficio (Castellanos, 1998).
La Asamblea General Constituyente y Legislativa
Una vez ratificada la Convención Preliminar de Paz (4 de octubre de 1828) por los Gobiernos de las Provincias Unidas (actual Argentina) y Brasil, se realizaron las elecciones para designar a los Representantes que habrían de gobernar el territorio oriental y al mismo tiempo redactar la Constitución política del nuevo Estado.
El 22 de noviembre de 1828, integrada con 28 miembros, la Asamblea General Constituyente y Legislativa del Estado se instaló en la villa de San José. Tuvo que enfrentar dos grandes problemas: uno relativo a la organización y administración del nuevo Estado, debido a las urgencias que presentaba una realidad institucional en la que casi todo estaba por hacer, y otro, las rivalidades personales de los dos caudillos que buscaban obtener el predominio en la asamblea para volcarlas a su favor. Aún no existían los partidos políticos, sino grupos de personas que seguían a Rivera o Lavalleja, ambos con importantes méritos personales en las guerras de la independencia por lo que aspiraban al mando supremo del nuevo Estado (Nahum, 1998).
La Asamblea comenzó a tratar el proyecto el 6 de mayo de 1829 y lo aprobó el 10 de setiembre. Como la Convención Preliminar de Paz requería la aprobación de la Constitución por los gobiernos vecinos, Santiago Vázquez fue enviado a Buenos Aires y Nicolás Herrera a Río de Janeiro con el proyecto constitucional. Ambos gobiernos reconocieron que no existían cláusulas que los perjudicaran y la aprobaron en Río el 26 de mayo de 1830, liberando así el camino para su Jura por la población oriental (Nahum, 1998).
La Constitución de 1830
El 18 de julio de 1830 se juró nuestra primera Constitución. A partir de ese momento la Provincia Oriental se organizó como Estado soberano e independiente. En aquella Constitución se define al estado como la asociación política de todos los ciudadanos comprendidos en su territorio, se afirma en la ley la independencia de todo poder extranjero y los derechos de los habitantes a ser protegidos en el goce de su vida, honor, libertad, seguridad, trabajo y propiedad. La Constitución establecía un régimen unitario y la República estaba dividida en nueve departamentos.
De acuerdo con Nahum, los constituyentes actuaron según ideas liberales que no eran las de mayor arraigo en ese momento en Europa ni América. En ambos continentes había una reacción contraria al liberalismo, que se veía como señal de anarquía y desorden (1998).
“La afirmación de derechos personales, la distribución de poderes, las garantías para su funcionamiento, fueron rasgos positivos de esta Constitución, que la hicieron perdurable.
Fue vista por el país como una garantía de vida civilizada, como un símbolo de orden al que todos se remitían o decían aspirar (…). Estuvo por encima de los caudillos y luego de los partidos, y todos fueron conscientes de que muchos males de la República derivaban de su no acatamiento.” (Nahum, 1998: 56).
En un país atravesado por las guerras de independencia y sin una organización interna, la Constitución de 1830 quiso asentar la estabilidad al hacer muy difícil su reforma y crear un Ejecutivo fuerte y centralizado (Nahum, 1998).
Se le han señalado también rasgos negativos a esta primera Constitución: privó de la ciudadanía a peones jornaleros y a analfabetos, debilitando los derechos de la población rural y dejando al margen de la vida política al país real; no se refirió expresamente a los derechos de reunión y de asociación; no se pronunció claramente a favor de la libertad de cultos; no previó la coparticipación de los partidos políticos en el poder, lo que obligó a las minorías a recurrir a la revolución; desnaturalizó el papel de la Asamblea General al convertirla en electora del Presidente de la República, de esta manera, los diputados fueron más electores que representantes del pueblo; excluyó a los militares del Parlamento; suprimió los Cabildos, que fueron centro de vida local y espíritu cívico, y no organizó debidamente los gobiernos locales, estimulando su autonomía (Nahum, 1998).
Referencias bibliográficas:
Castellanos, A. (1998); La Cisplatina, la independencia y la república caudillesca. Ediciones de la Banda Oriental y La República, Montevideo.
Nahum, B. (1998); Manual de Historia del Uruguay 1830-1903 Tomo I. Ediciones de la Banda Oriental. Montevideo.
José Gervasio Artigas nació en Montevideo el 19 de junio de 1764.
Como el asiento parroquial que se conserva en la Catedral de Montevideo no afirma expresamente que haya nacido en esa ciudad, se planteó una discusión entre los historiadores sobre su lugar de nacimiento.
Se manejó la hipótesis de que hubiera nacido en Sauce, Canelones, debido a que su familia tenía propiedades en esa villa. Pero la distancia entre esta población y Montevideo, los pésimos caminos y la estación invernal, parecen excluir la posibilidad de un viaje con un niño de tres días, puesto que se lo bautizó el 21 de junio.
Sus padres fueron don Martín José Artigas y doña Francisca Antonia Arnal. Su abuelo paterno, Juan Antonio, figuró entre los primeros pobladores de Montevideo. El pequeño José fue el tercer hijo de los seis que tuvieron sus padres. En la ciudad, el hogar familiar se ubicaba en la intersección de las actuales calles Cerrito y Colón en la Ciudad Vieja. Después de estudiar en el colegio franciscano de San Bernardino, se dedicó a las tareas rurales en las estancias de su padre.
Años más tarde comenzó a ganarse la vida comprando cueros en la campaña para venderlos a los exportadores de Montevideo. En 1791 nació su primer hijo, Manuel, fruto de su unión con Isabel Sánchez. En este período tuvo contacto con indios, paisanos, gauchos y otros pobladores de la campaña a la vez que adquirió conocimientos sobre gran parte de la geografía de la Banda Oriental.
En 1797 ingresó como soldado de caballería en el regimiento de Blandengues, creado para combatir el robo de ganado y el contrabando en la Banda Oriental y proteger la frontera con el Brasil. En 1805, debió retirarse del ejército con el grado de oficial por razones de salud y se casó con su prima Rosalía Rafaela Villagrán. Con ella tendrá tres hijos: José María, Francisca y Petronila. Las niñas morirán a los pocos meses de nacer, lo que finalmente provocará la demencia de Rafaela.
Durante las invasiones inglesas, entre los años 1806 y 1807, Artigas participó activamente en la defensa de Montevideo y la reconquista de la capital del virreinato, Buenos Aires.
En febrero de 1811, se incorporó al movimiento revolucionario poniéndose a disposición de la junta de Buenos Aires. Si bien la revolución ya había sido iniciada en el territorio oriental por los paisanos Pedro Viera y Venancio Benavídez, era Artigas el caudillo con mayor ascendiente sobre la población de la campaña. Durante su actividad como integrante del cuerpo de Blandengues se había ganado la confianza y el apoyo tanto de los estancieros como de los habitantes más modestos. El 18 de mayo derrota al ejército español poniendo sitio a Montevideo. Pero en octubre de 1811 debe retirarse cumpliendo las disposiciones del armisticio pactado entre el gobierno de Buenos Aires y el español que se encontraba en Montevideo. Su retirada hacia el río Uruguay fue acompañada por más de 16.000 personas, que componían gran parte de la población oriental, en lo que algunos historiadores llamaron el “Éxodo del Pueblo Oriental”. Durante los años 1812 y 1813 se producen los primeros enfrentamientos con los dirigentes porteños a causa de las ideas sostenidas por Artigas. Estas ideas se pusieron de manifiesto en las Instrucciones cursadas a los diputados que debían integrase a las Asamblea Constituyente reunida en Buenas Aires. Este ideario sería una constante en su lucha contra los dirigentes centralistas de Buenos Aires. Algunas de estas ideas fueron: independencia, constitución republicana, gobierno central que respetara las autonomías mediante la organización de una confederación, igualdad para todos los ciudadanos así como libertad civil y religiosa.
La influencia de Artigas sobre varias provincias, que luego formarían la Argentina, provocó que durante los años 1814 y 1815, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Córdoba se colocaran bajo el liderazgo de Artigas y junto a la Provincia Oriental conformaran la “Liga Federal” a la que Buenos Aires le declaró la guerra. La política artiguista procuraba evitar el centralismo que practicaba Buenos Aires a través de su puerto y lograr un desarrollo económico que contemplara las características de cada región del antiguo virreinato del Río de la Plata.
Diversos documentos como el Discurso Inaugural del Congreso de Abril de 1813, el Reglamento de Tierras de 1815, y el Reglamento Provisorio de Derechos Aduaneros destinado a la Liga Federal, reflejan la coherencia entre sus ideas, protección a los más necesitados así como a la economía de las provincias bajo su mando, y las medidas concretas que adoptó.
La ocupación portuguesa de la Provincia Oriental iniciada en 1816, la continua lucha contra Buenos Aires y el alejamiento de los caudillos del litoral argentino provocó que Artigas se viera obligado a refugiarse en Paraguay en 1820. Derrotado militarmente, pero no en cuanto a sus ideas y su ejemplo de vida. Murió en las proximidades de Asunción el 23 de setiembre de 1850.
Referencias bibliográfica
Reyes Abadie, W. (1998). Artigas y el federalismo en el Río de la Plata. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental y La República.
Reyes Abadie, W. (1980). Crónica General de la Banda Oriental. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental, Tomo II.
26 de mayo Día Nacional del Libro
El 26 de mayo de 1816, se fundó en Uruguay la primera biblioteca pública. Para conmemorar el aniversario de la Biblioteca Nacional, en el país se celebra cada 26 de mayo el Día Nacional del Libro.
De acuerdo a lo publicado por la Universidad de la República (UdelaR), en el marco de la fecha, y coincidente con el espíritu de "despertar en los escolares el amor por las buenas lecturas", es que se tomó la decisión de originar este día.
La Biblioteca Nacional, agregó la publicación, está "destinada a preservar y difundir el patrimonio bibliográfico y documental del país".
Fue fundada, acotó, "a iniciativa de José Gervasio Artigas bajo la consigna 'sean los orientales tan ilustrados como valientes'".
Dámaso Antonio Larrañaga, el primer director de la biblioteca, dijo lo que se conoce como su oración inaugural: “Una biblioteca es el foco en que se reconcentran las luces más brillantes, que se han esparcido por los sabios de todos los tiempos".
18 de mayo de 1811
Batalla de Las Piedras
España había sido ocupada por los franceses, quienes habían tomado prisionero al rey Fernando VII y pretendían se reconociera a José Bonaparte, hermano de Napoleón como Rey de España. La ciudad de Buenos Aires, ante estos sucesos, se manifestó fiel al monarca español, y en mayo de 1810, se reunió un grupo de patricios porteños en una Junta de Gobierno dominada por criollos (hijos de padres españoles, nacidos en América), quienes ante el vacío de poder resultante de los hechos antes mencionados decidieron sustituir al Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros. En el Río de la Plata, estos hechos son conocidos como la “Revolución de Mayo”. Lo que comenzó siendo una revuelta por los derechos sucesorios de Fernando VII como Rey de España, se transformaría en un par de años más en una lucha declarada por la independencia total.
En Montevideo, el gobernador Francisco Javier De Elío reconoció la autoridad del Consejo de Regencia (instalado en España para suplir la autoridad de Fernando VII), hecho por el cual fue nombrado Virrey, y Montevideo pasó a ser la capital del Virreinato del Río de la Plata.
José Artigas había sido hasta ese momento capitán de Blandengues en el ejército español, pero el 15 de febrero de 1811 abandonó dicho bando y viajó a Buenos Aires para ofrecer sus servicios a la Junta de Mayo. El caudillo conocía muy bien las necesidades e intereses de los habitantes del pueblo oriental, y en su cabalgata hacia la vecina orilla, se ganó el respeto y admiración de los pobladores de esta tierra.
En los primeros días de abril de 1811 Artigas desembarcó en la costa de Paysandú y se incorporó al contingente revolucionario y tras tomar el mando instaló su cuartel general en Mercedes, departamento de Soriano. El pueblo oriental en pleno (todos aquellos que habían reconocido a Artigas y que se oponían a la autoridad de los "godos", que era como llamaban a los españoles) se levantó en armas para luchar por la libertad. La primera acción revolucionaria fue el “Grito de Asencio”, el 28 de febrero de1811, realizada por Pedro José Viera y Venancio Benavídez, a orillas del arroyo Asencio (Soriano), episodio que se considera como comienzo de la Revolución Oriental. No faltaba mucho tiempo para que se concretara en mayo el triunfo de las acciones patriotas. Artigas expresaba sus anhelos referentes a la libertad de los pueblos en frases como ésta: "La causa de los pueblos no admite, señores, la menor demora".
La Batalla de Las Piedras
Artigas había ido reuniendo las partidas sueltas de patriotas que se levantaban por todas partes, a fin de poder atacar a los españoles. Tres columnas de soldados orientales partieron desde diversos puntos del territorio, listos para la batalla y entusiasmados con la idea de libertad. La primera de ellas al mando de José Artigas, salió de Mercedes. En segundo lugar partió Venancio Benavídez, y una tercera columna -dirigida por Manuel Francisco Artigas- salió de Maldonado, la que llegando a Pando, se encontró con una fuerza realista, pero Manuel Francisco evitó el combate y el 17 de mayo, se incorporó a las fuerzas de su hermano, acampadas en el Canelón Chico. Los españoles, al enterarse de este plan se vengaron saqueando la estancia de Artigas, en el Sauce, de la cual arrebataron unas 1.000 cabezas de ganado que fueron despachadas hacia Montevideo. Los patriotas comenzaron su avance sobre Montevideo, y a medida que marchaban, lucharon y triunfaron en varios pueblos como en San José y Colonia.
Elío, al saber el avance de los revolucionarios, envió contra los revolucionarios al capitán de fragata José Posadas, con un ejército de más de 1.200 hombres, quién se dirigió a Las Piedras con sus soldados para esperar al ejército de Artigas. Posadas llegó a Canelones el 12 de mayo, y allí tuvo que detenerse durante cuatro días a causa de las fuertes lluvias y fríos, que no le permitieron seguir su marcha. El Jefe de los Orientales tenía a sus órdenes unos 1.000 combatientes. Los dos ejércitos tenían paridad de fuerzas, pero en todo caso era una igualdad numérica, los dos ejércitos eran muy diferentes. Uno era un ejército que luego, con el tiempo, se llamó “Ejército Nuevo”, una nominación que surge de la historiografía y no del momento, es un nombre que consagra Agustín Verazza entre los historiadores uruguayos, que quería significar ese juntar fuerzas muy diversas en las que la profesionalidad no era lo que marcaba, sino el hecho de ser voluntarias y provenir de diversos orígenes. Con Artigas había muchísimos blandengues que se habían pasado, pero también había lo que se llamaba el "vecinaje alzado", gente que se levantaba en armas. También hubo tres grupos soldados(blandengues) que integraban el ejército español y se pasaron a favor de los criollos en plena batalla. Uno fue la caballería al mando de Rosales, después hubo un alférez que apellidado Tort que se pasó con los veinte soldados a su cargo, y el tercer grupo fue de 135 presidiarios, que estaban detenidos en la Ciudadela y les ofrecieron: "siguen presos o se animan a ir a pelear". Eligieron ir a pelear, y después cambiaron de bando.
El 18 de mayo, a las 11 de la mañana, empezó la batalla. Los realistas pelearon con bravura hasta casi la puesta del sol; pero, a pesar de sus esfuerzos, fueron arrollados por los orientales y obligados a rendirse. Las fuerzas artiguistas avanzaron en una primera instancia sobre los españoles y, luego de un tiroteo, Posadas y sus hombres retrocedieron hasta una zona elevada. Se diría que estaban ahora en ventaja, pues un punto elevado siempre resulta estratégico. Artigas avanzó entonces hacia la posición española por la izquierda con la columna oriental de caballería al mando de Antonio Pérez y por la derecha, la columna comandada por Juan de León. En ese momento ordenó a la columna de su hermano, Manuel Francisco Artigas, que cercara a los españoles por la retaguardia. De esta manera, Posadas y su ejército quedaron encerrados y se rindieron.
La actitud de Artigas al finalizar el combate fue tolerante y compasiva. Según la Prof. Ana Ribeiro: "Había blandengues de los dos lados, había españoles de los dos lados, eso es una cosa que hay que tener presente, sobre todo cuando se habla de esa frase tan discutida y repetida, “clemencia para los vencidos”, porque el odio al español se generalizó más adelante, pero en ese momento, hasta quince días antes, todos estaban del mismo lado y eran vecinos y parientes y gente que compartía el territorio y un sentimiento de identidad". Artigas envió al padre Valentín Gómez, capellán voluntario del ejército revolucionario, a recoger el sable que -como señal de rendición- Posadas había clavado en el piso y dar auxilio a los heridos.
La diferencia entre los españoles y los revolucionarios era el armamento: los españoles disponían de armas con las cuales no contaban los revolucionarios, que pelearon con unos pocos fusiles y dos cañones, pero sobre todo boleadoras, lanzas construidas con hojas de tijeras de esquilar atadas a las cañas tacuaras o ramas de árboles que empleaban como “picanas” para arrear al ganado.
La Batalla de Las Piedras constituyó el mayor triunfo militar de José Artigas. La importancia de la victoria se observó en que:
- influyó en el estado de ánimo de los revolucionarios
- renovó sus fuerzas
- les dio confianza en sí mismos
- Artigas fue nombrado coronel por la Junta
- otros oficiales que lucharon con él también fueron ascendidos
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